Eres tan brillante durante el día y tan opaco durante la
noche pero aun así no dejas de ser hermoso, “cielo”, eres tan lindo como la
suavidad de mi amada, eres tan azul como el mar y tan oscuro como lo
misterioso, encajas muy bien con las nubes tan blancas, como el cariño puro;
cielo bello tan lindo como mi querer, juegas con el viento soplando y soplando
de un lugar para otro.
En las noches engalanas con tus radiantes estrellas que
iluminan nuestros contornos. Haciendo caer esa oscuridad que irradia serenidad,
creciendo con luz de tu belleza, compartiendo esa claridad que solo tu luna
sabe compartir y tu calor de tu sol que iluminan nuestro ser.
Cielo que compartes con nosotros tan bellos momentos todos
los días, haciéndote presente en cada instante, ese cielo que conoce lo que
hago no importando el horario, que conoce bien de mi como de ti, ese cielo que
llena tus días, que a veces refresca con su intensa lluvia pero aunque en muy
raras ocasiones, casi siempre con un intenso calor que invade cada hogar, cada
persona, cada planta, cada animal en pocas palabras cada ser que cubres en
nuestro planeta.
Cielo sigue con intensidad con la que nos cubres porque de
esta forma me sigues conociendo cada día más y tú nos llenas los días con esa
calidad con la que nos tienes acostumbrados y con la que siempre completas para
sorprendernos.
Es tan complicado no darse cuenta de que existes y formas
parte de nuestras vidas, a diario nos acompañas, sin restricción alguna,
siempre nos cubres con tu belleza, cielo eres tan majestuoso que nos brindas tu
manto de protección.
Cielo completo, con seguridad se decir que eres digno de
nuestra admiración, por estar acompañándonos en todo momento y cada
circunstancia de nuestra vida, cielo eres algo único que cada día que pasa
aprendemos a entenderte pero quizá aun nos falta mucho, para aprender a
valorarte.