En un principio no sabía que
decir, no sabía que expresar, creí no encontrar las palabras correctas que
pudieran describir lo maravillosa que eres. En un principio no comprendía que
era lo que estaba pensando, fue algo inexplicable, algo que no pude responder
por mucho tiempo.
En un principio las palabras solo
fueron textos sin sentido, sin embargo, conforme fueron avanzando los días, fui
aprendiendo de ti cosas nuevas, conociendo un nuevo universo donde esa seriedad
que tiene, fue algo que no pude intuir, tenía un toque mágico, que la convirtió
en princesa cuando era una galaxia completa.
En un principio no imagine que
fuera esa pieza fundamental que hacía falta en mi rompecabezas, para formar esa
obra de arte que surgió en mi mundo. En un principio no encontré las palabras
correctas porque solo existía una sola palabra que se encontraba escrita en
letras brillantes así como el más bello lucero, porque la palabra exacta era tu
nombre.
Nunca pensé y mucho menos planee
encontrarla en mi camino pero de algo estoy seguro, “ahora no quiero que se
vaya”, pido y suplico que se encuentre en mi vida por mucho tiempo y si algún
día por algún caso por cuestiones del destino decide marcharse quiero decir que
se lleva una mitad de mi corazón.
Porque en un principio se fue
escribiendo esta historia que fue motivo de encontrarnos. En un principio no
pedía mucho y sin querer recibí contigo demasiado, porque aparte de recibir un
obsequio recibí un gran tesoro que siempre guardaré en mi corazón al haberla
conocido.
En un principio quiza hubiera sido un cuento de hadas pero hoy solo sé que es una realidad. Que gusto y placer ser parte de tu mundo, porque me envuelve más en conocerla.
Dedicado a mi amiga: Soraya Ramírez